El latigazo cervical
Es la lesión más frecuente al volante
El síndrome de latigazo cervical, una lesión de cuello, es la más frecuente en accidentes de tráfico. El 98% de las personas que lo sufren en España –más de 60.000 al año- tiene ese origen. Más de la mitad de las prestaciones por lesiones son por este concepto y superan los 10.000 millones de euros anuales en Europa, incluyendo días de baja e indemnizaciones directas.
El Centro Zaragoza, Instituto de Investigación sobre Reparación de Vehículos, ha realizado un estudio de los asientos de 251 modelos de automóviles pertenecientes a 32 fabricantes con el objetivo de determinar si el reposacabezas que utilizan es el adecuado para prevenir el síndrome de latigazo cervical, provocado, generalmente, por un impacto trasero en el vechículo.
El estudio ha dividido los asientos en cuatro grupos: buenos, aceptables, poco eficaces y muy poco eficaces. Los resultados se han comparado con los obtenidos en 2005 y se ha llegado a la satisfactoria conclusión de que los asientos aprobados han pasado del 40% al 71%. La mala noticia es que todavía algo más de uno de cada cuatro son considerados poco o muy poco eficaces.
En el informe se detallan las calificaciones por marca y modelo y se observa que aquellas marcas reputadas por su seguridad, en general alemanas y del norte de Europa, demuestran que ese prestigio no es casual pues dotan a sus vehículos de asientos y reposacabezas adecuados. Por el contrario las marcas asiáticas ofrecen una protección menor.
La metodología utilizada ha consistido en dos pruebas. La prueba estática valora la geometría del asiento, basándose en la altura media del reposacabezas -que debe estar por encima del centro de gravedad de la cabeza- y la distancia horizontal de separación.
Para ser considerado bueno, un reposacabezas debe estar, como máximo, a 
La prueba dinámica consiste en una simulación de colisión a una velocidad de 
A la hora de elegir coche, aparte de diseño, color y potencia, deberíamos considerar si el elegido protege suficientemente nuestro cuello. Por tanto cuando vayamos a verlo al concesionario, empleemos un poco de tiempo en comprobar que sus reposacabezas cumplen las distancias mínimas exigidas y pidamos al vendedor que nos enseñe a regularlo si ello es posible. Y siempre que nos acomodemos en el asiento de cualquier coche y antes de ponernos el cinturón, adaptemos el reposacabezas a nuestra medida. No cuesta nada y evitará muchos dolores en caso del indeseado golpe por alcance.
Fuente.- Artículo de Marcos Domínguez en la revista “Mercado Previsor”.
 
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